Recordá que un hábito se forma en tu cerebro varias veces. Éste nace provocado o disparado por algún estímulo interno o en el ambiente, que conduce a que el cerebro reaccione en busca de alivio o placer instantáneo haciendo algo o no haciéndolo.
Lo que hace tu cerebro gracias a los hábitos es pasar del estímulo o disparador directamente a la acción, pero sin darte la oportunidad de pensar si todavía querés seguir haciéndolo de esa manera. Esto ahorra un gran gasto de energía.
Para cambiar entonces debés trabajar por eso que querés cambiar y repetirlo una y otra vez hasta convertirlo en un hábito y de esta forma para que tu cerebro accione de forma automática a tu nuevo hábito.