Coloca las verduras en la bandeja de horno en el nivel más alto, aunque toque la resistencia, con calor arriba y abajo a 250 grados. Nos interesa que las verduras se hagan lo más rápido posible, en media hora o 45 minutos ya estarán asadas.
Deja enfriar las verduras para que suelten todo el agua que quieran desprender y déjalas unos minutos sobre papel absorbente. Pica las verduras con un cuchillo bien afilado lo más fino que puedas o procesalas.
Cuando estén todas las verduras picaditas bien finas o procesadas, pásalas a un bol y añade ajo y perejil picado al gusto. Añade también dos huevos enteros y sazona con sal. Mezcla todo bien y, por último, añade el salvado de avena o el pan rallado. Mezcla de nuevo y deja reposar para que el salvado se hinche y absorba la humedad. Pasados 20 minutos, verás si tienes que añadir más salvado o no según veas si la mezcla te ha quedado seca.
Coloca una sartén al fuego con un poco de aceite de oliva virgen extra. Tene en cuenta que debes usar una sartén antiadherente para que te queden bien y no se te peguen. Dale forma de hamburguesa con la ayuda de una espátula o con el molde de hamburguesas.
Luego cocinalas en una sartén con antiadherente o ponele aceite vegetal si crees necesario.